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Residencia: Volviendo a San Pablo San Pablo, Los Lagos - 2019 Residente: Colectivo fotográfico Caja de Cartón
Publicado: 10 de enero de 2020
Apogeo y prosperidad

 

La villa San Pablo, que con el correr de los años diera origen a la comuna del mismo nombre, nace oficialmente el 9 de Septiembre de 1867, cuando llega a las tierras del cacique “Panguinamun” o “Painamun” el sacerdote español Fray Pablo de Royo, quien tuviera a su cargo una Misión Apostólica, que sirviera tanto a los indios como a los españoles, y en cuyo honor se le diera el nombre de San Pablo, al lugar que los nativos conocían por el nombre autóctono de “Thalmahue” o “Tralmahue”.

En el siglo XVI existieron, en lo que es hoy la juridiscción de San Pablo, numerosas encomiendas de indios pertenecientes a los primeros pobladores de la antigua ciudad de Osorno. Dos siglos más tarde, cuando se efectuó la repoblación de Osorno, numerosos colonos se radicaron en dicho sector dominando la selva y cultivando la tierra fértil, actividad que constituye hasta los días de hoy, el centro de una producción importantísima de carácter agropecuario y que le otorga una fisonomía especial a San Pablo.

 

Bajo este texto publicado en la década de los 80, San Pablo se presenta como una localidad próspera que se proyecta llena de energía y vitalidad hacia un futuro lleno de progreso y bienestar igualitario para todas y todos su habitantes.

 

Hoy, según el levantamiento territorial realizado el 2019, San Pablo se presenta desde el 2002 con más de 10.000 habitantes, los cuales, con el pasar de los años han presentado una fuerte disminución demográfica. Lo que ha incentivado al municipio a actuar mediante la activación del turismo y el flujo de personas en la localidad. También, presente en dicho documento y según el PLADECO del 2017, la localidad tiene un 88% de familias que se encuentran bajo el indice de pobreza, lo que viene a contrarrestar el cómo este lugar se proyectaba.

 

Hoy, San Pablo una localidad caracterizada por una fuerte actividad agrícola y ganadera, se presenta de manera muy distinta a como se proyectaba décadas atrás. Donde el apogeo y lo deseos de un futuro mejor se muestran hoy como vestigios en sus calles, que en su momento se pensaba como una fuerte promesa para el desarrollo de la provincia. Ya en el año 2020, vemos un San Pablo como una localidad dormitorio de Osorno y Río Bueno, que busca revivir los tiempos prósperos con un fuerte incentivo a fiestas costumbristas y a una historia originaria que, a sus 153 años, tiene mucho por develar.

 

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