Porque todo chululo requiere de sus hoyos para refugiarse, decidimos con la pandilla escavar distintos agujeros para divertirnos como verdaderos topos. Le dimos sentido a nuestros notables palos (los que recolectamos, construimos y transformamos en una especie de bastón que mezcla y crea el juego a partir de deportes como el palín, la chueca, el golf o el hockey).
Esta vez, resolvimos hacer una cancha. Delimitar un espacio con ciertos puntos como estratégicos. Pero no debía ser una cancha convencional, por el contrario… tenía que ser una cancha que diera cuenta del territorio. Así que nos fuimos a dibujar ideas, luego las expusimos y votamos democráticamente con urna y todo. Finalmente ganó el pulpo.
Todxs estuvieron de acuerdo, ya que los tentáculos del molusco permitirían tener más pistas de juego. Así que nos pusimos manos a la obra.
Todxs tenemos muy presente cuales son nuestras materias primas: las piedras, la tierra, las conchas… y muy pocas veces plástico. Y también tenemos presentes cuales son nuestras técnicas: el grabado, la escultura y cualquier que nos venga bien. Por tanto, el estilo se ha encontrado, lo rupestre contemporáneo está en nosotros.
El pulpo fue elaborado piedra por piedra, sin embargo el cansancio nos dispuso a dibujar sólo 5 de los 8 brazos. Tuvimos muchos enredos y disputas al momento de crear las reglas, pero simplemente supimos jugar y dinamizar las normas. Al final, todo es relativo.