Luego de nuestra excursión por la Isla de Quilacahuín en conjunto con Gisela y su amiga Caro, ya de vuelta, en el camino que une San Pablo con Trumao, pasamos por las afueras de una gran casa donde una escultura del artista mexicano Botero adorna la entrada. Es imposible que sea una réplica, comentábamos, puesto que sus características hablan por sí solas. Esto nos llamó mucho la atención y quisimos saber más.
Nos acercamos a hablar con Moisés, quien estaba trabajando en el lugar. Nos comenta que no puede dar a conocer el nombre de los propietarios del inmueble, pero nos deja entrar y tomar fotografías con total calma y libertad.
Nos encontramos con una casa con ornamentos de un valor incalculable, obras de Guayasamín y otros artistas adornan las paredes. Nos llama mucho la atención que en una de las ventanas hay vasijas de cerámica Huilliche, muy difíciles de encontrar. Moisés nos comenta que los propietarios de la casa tienen relación con una empresa constructora de caminos, la cual al realizar excavaciones en diversos territorios se ha encontrado con un sin fin de elementos propios de museo.
Al bajar unas escaleras, hacia un hermoso patio a orillas del río Pilmaiquén, nos muestra que debajo de la casa existe un lugar con múltiples objetos históricos. Desde troncos fosilizados, maquinaria antigua, estufas de hierro forjado y para nuestra sorpresa, un wampo entero.
Un wampo es una embarcación de origen mapuche, las cuales están construidas con un tronco ahuecado de Laurel, Raulí o Coigüe. Para la construcción de éste es necesaria una rogativa o solicitud de permiso al bosque una vez seleccionado el árbol. Cuando este estaba listo se realizaba una ceremonia ritual y simbólica que culminaba un proceso social importante dentro la comunidad.
Para el Tratado de las Canoas en 1793, cuentan, era muy llamativa la reunión en los ríos aledaños al sector puesto que las autoridades indígenas de aquellos tiempos se reunieron en sus wampos para realizar el tratado de pacificación que permitió que la misión apostólica de Quilacachuín se asentara en el territorio.
Encontrarnos con estos elementos dentro de una propiedad privada nos sorprendió y nos removió nuestro interior. No sabíamos que decir ni tampoco que pensar. Si bien la comuna de San Pablo no cuenta con un museo, nos encontramos con uno privado y muy escondido dentro de esta casa.