Como si el tiempo no se nos fuera, seguimos inventando actividades. Pero quedan recursos, queda energía. Así que quisimos quedarnos con una de las primeras ideas que tuvimos al llegar al pueblo: la gráfica como herramienta plural.
Llamamos a la directora de la escuela y le propusimos crear un espacio de trabajo al interior del establecimiento, que pudiera incorporar a estudiantes y apoderadxs. Lo que les permitiera aprender, de manera horizontal, una técnica gráfica, capaz de ayudarles a producir proyectos colectivos como escuela, y de esta manera, poder crear una escuela más dinámica y autónoma.
La directora-profesora, no dudó en animarse y concretar el proyecto. Así que el miércoles ya estábamos dentro. Comenzamos muy políticamente correctos. Por supuesto que nos presentamos e inmediatamente tomamos posición de nuestra labor al interior de la escuela. Manifestamos la importancia de separar los espacios en cuanto a la Pandilla Chululo. Pues la mayor parte de la escuela, es parte de este grupo. Y las cosas tienden a confundirse, entonces era necesario rayar la cancha.
Siempre dispuestos a aprender, todxs colaboramos en la intención del proyecto y nos pusimos en marcha. La primera sesión: creación de timbres con imágenes a su gusto. Obvio que todxs terminaron timbrados en sus cuerpos, una acción de arte desde el tatuaje. La próxima sesión: el stencil en materiales innobles. Obvio que salimos a rayar las partes permitidas y también las prohibidas. Últimas sesiones: la serigrafía, en búsqueda del oficio, el proyecto, el arte, o el negocio. Ellxs decidirán.
Este micro proyecto se ejecutará durante marzo y abril, a fin de que puedan elaborar relatos y productos desde los distintos procesos de aprendizaje, para finalmente seleccionar uno de ellos, el cual será contenido en el cofre que irá a viajar por otros lugares de la región con diversos trabajos del proyecto Rebalses.