Presentación del proyecto con Cantores a lo divino y amigos Actores
Durante la semana, además de hacer los flyers para la mateada e ir, casa por casa, invitando a la gente de Colhue, aprovechamos de compartir y conocer un poco más a Claudia y Pablo, nuestros nuevos amigos y aliados.
Con el grupo, propusimos la mateada porque pensamos que era una buena instancia para motivar a que más gente se sume a colaborar en el proyecto. Por ello, entre todos, pusimos manos a la obra para que la instancia resultase lo más atractiva posible
Claudia, Macarena, Ignacio, Maribel, Rosa Elena, la señora Xime y la señora Gemita, han sido las(o) más motivadas(o). Y es que, la idea principal era hacer de la jornada una forma de crear comunidad. Por lo que, en el grupo, cada una(o) aportó con algo, tanto para la ornamentación y embellecimiento de la sede como para la comida. Tortillas, queso fresco, churrascas, torta, pastas, salsas, mate, té, café, bebidas, jugos, etc., fueron algunas de las cosas que compartimos, a modo de “mingaco”.
En cuanto a participación, la actividad sobrepasó todas las expectativas que teníamos con el grupo. Poco más de treinta personas, incluido el alcalde de la comuna y algunos concejales, asistieron a la mateada. Todo un éxito, desde nuestro punto de vista. Sin embargo, lo más importante, más allá de la concurrencia, fue lo que se logró palpar durante la jornada.
Como primera cosa relevante, el hecho de que Claudia dio a conocer al resto de la comunidad de Colhue, lo que hemos estado realizando, y el cómo surge la idea de “construir la patagua”. En ese momento, se produjo un interesante diálogo, en el que la mayoría de los y las asistentes relevó los aspectos positivos acerca de la forma en que se ha llevado a cabo el proceso y en el componente colaborativo-creativo de este tipo de implementación y/o ejecución de proyectos culturales.
Lo segundo fue la participación de miembros de la agrupación de cantores a lo divino de Pumanque, quienes fueron invitados por Claudia, por un lado, para amenizar la jornada con su tradicional forma de interpretar música, principalmente en entierros, y, por otro, como una forma de poner en valor los aspectos patrimoniales, culturales e históricos de su arte. Entre-paréntesis, para más adelante espero poder escribir una entrada completa sobre ellos, la manifestación de su música, sus orígenes y lo que evocan, en esta era moderna, sus rituales, sus tonadas y sus versos a lo humano y divino.
Lo tercero, y no por eso menos importante, fue la presencia de Sebastián y Christian, quienes interpretaron, durante la jornada, un extracto de una obra de teatro llamada “Olimpia”, la cual tiene una gran influencia de la compañía “Gran Circo Teatro” y, más principalmente, de la aclamada obra “La Negra Ester” del dramaturgo Andrés Pérez. Por tanto, también una gran influencia de Roberto Parra y sus décimas. Christian es amigo mío desde hace 17 años. Con él he compartido en diversos momentos de nuestras vidas y hasta en más de un proyecto artístico-cultural (sobre todo cuando ambos éramos estudiantes universitarios). Por ello, con Aurora, quisimos invitarlo a ser parte de nuestra Residencia. Y, francamente, creemos que su participación, junto con la de Sebastián, fue un gran acierto y va a aportar mucho (a corto plazo), a nuestra estadía en Pumanque. Por lo mismo, tenemos considerado, sumarlos a instancias futuras en las que volvamos a compartir con miembrxs de la comunidad pumanquina-colhuina.
La sensación grupal acerca de la mateada, fue de una tremenda satisfacción. Ya que, no solo dimos a conocer el proyecto de la “construcción de la patagua”, tanto hacia el resto de la comunidad como a las autoridades locales, sino que, además, pudimos invitarlxs a que se vayan sumando a esta iniciativa de creación-colaborativa.
Por otra parte, en la antesala de las jornadas de construcción del singular árbol, la actividad cumplió el objetivo de motivar a las personas y a nosotros mismxs, en este lindo desafío de esculpir un ícono representativo para Colhue.
Finalmente, con Aurora, también creemos que la instancia nos sirvió para afianzar lazos y fortalecer vínculos con la comunidad, demostrando que cuando hay voluntad, ganas e interés de todos y todas, las cosas “siempre, siempre” van a salir bien.