Paz Lilyam vive en Coliumo y es, como todas las mujeres que hemos conocido en estas semanas, un tesoro vivo. Nos dice por teléfono al momento de coordinar la visita que le digamos al chofer del bus que vamos a su casa “y él las va dejar en la misma reja donde llamar”. En el bus le preguntamos a un caballero por qué conoce a la señora Paz y nos dice que es muy conocida porque vive allí hace mucho tiempo.
Paz Lilyam lleva la memoria viva de su madre, abuela y tía, mujeres que ella define como influyentes y referentes en su vida. Además carga con la historia de sus ancestros colonos que administraron por mucho tiempo el territorio.
La casa de Paz está llena de vegetación: plantas, árboles frutales, pequeños micro mundos de objetos chiquitos antiguos y una vista y bajada al mar privilegiada. Sus historias están ligadas a los pescadores, a la naturaleza a orillas de la playa, al recuerdo del maremoto de 2010; experiencias entorno al paisaje que la inspiran a escribir poesía. Poesía que desde niña ha escrito y declamado hasta la actualidad.
Mientras conversamos salen de su boca versos y entonaciones de estrofas de canciones que vienen a su mente y que dan otro tono a la entrevista sensorial. Al momento de pasar a la activación de la conciencia corporal despliega sus brazos, desliza su cabeza, se recoge, se estira todo esto para incorporar su cuerpo en el sentí-pensar del ejercicio. Ella es la segunda entrevistada en todo este tiempo que se mueve mientras Bárbara realiza esta activación corporal que es con los ojos cerrados. En el ejercicio visual determina al centro de su cuerpo la palabra “El quehacer del tiempo” rodeada de flores.
Nos vamos impregnadas de poesía y del bello paisaje de Coliumo.