BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Cordones performaticos, memoria viva de los cuerpxs Tomé, Biobío - 2019 Residente: Bárbara Gajardo González
Publicado: 14 de enero de 2020
Natalia Jorquera

Continuamos apelando a la sensibilidad entre mujeres, lo sensible nos va mostrando el camino hacia el encuentro.

Llevamos tiempo perfeccionando el método de las entrevistas sensoriales que nos ha facilitado  conocer a muchas mujeres, todas con tremendas historias de vida. En el camino nos damos cuenta de la importancia de reinvindicar la sensibilidad como un espacio de aprendizaje, reflexión personal de la biografía  y del  cuerpo, como sabemos, el primer lugar donde se sitúa ésta memoria. ¿En qué parte del cuerpo situamos ese hito importante en nuestra historia de vida?. Ésta es la memoria viva andante que llevamos a donde quiera que vayamos.

El ejercicio y la metodología que hemos utilizado, es un espacio de encuentro consigo misma, una experiencia sensible y necesaria en la vorágine de estos tiempos. Es por esto que asumimos la sensibilidad como un campo de batalla.

 

Con Bárbara comentamos que en las escuchas con diversas mujeres nos reconocemos en alguna parte de sus historias, y es que hay ciertas experiencias que todas las mujeres vivimos, lugar que  nos une a sentirnos identificadas con la otra: historias de acoso o abuso, de complejos con la cuerpa, de tratos en la familia y la sociedad diferentes según género, el rol histórico de la mujer entorno a los cuidados…. por nombrar algunos.

 

En ésta oportunidad realizamos la entrevista sensorial a Natalia Jorquera, a quien conocimos en la Asamblea Cultural de Tomé. Ella es bailarina y nos cuenta sobre la formación en danza y su relación entre Tomé y Concepción. Nos cuenta que como muchas niñas de la comuna, se inició en el ballet, una formación estricta y la única posibilidad en danza en su tiempo. Como tantas adolescentes, que deciden continuar danzando, buscó donde continuar en Concepción.

La capital está aproximadamente a 45 minutos de Tomé, y allá comienza a experimentar la danza moderna en la reconocida Compañía Calaucán. Nos habla que ésta fue un polo importante de danza que se formó en los años 80’, la Compañía Calaucán  fue durante y posterior a la dictadura un espacio de resistencia.

Actualmente no existe y el vacío de un espacio de formación en danza y artes escénicas en general, es latente.

Natalia, quizás por su experiencia corporal, se desenvuelve con naturalidad en la etapa de la entrevista que incorpora la conciencia corporal. Es la primera mujer en moverse mientras Bárbara guía la experiencia, y nos alegra esa involucración al poner el cuerpo no solo para pensarse y situarse sino también para moverse. Esta naturalidad también continuó en la etapa visual, donde plasma en su silueta con soltura los hitos más importantes de su biografía, un contenedor de su memoria viva.

Ha sido bacán conocer el planteamiento y la postura de Natalia frente a la danza y las artes en general, compartimos muchos lugares, sobre todo en sus ganas de experimentar en colectivo y difuminar los límites de las disciplinas conectándose con otros lenguajes artísticos.

 

En el transcurso de los días nos damos tiempo para planear el pronto encuentro donde nos juntaremos todas las mujeres participantes para que florezcan ideas en conjunto y revelar las cosas en común que tienen cada una, y que por el momento solo sabemos por los encuentros individuales, nosotres.

« Ir a residencia