No hay día que no despertemos con energía, nos preparamos unos batidos de avena y fruta, hacemos ejercicio y escuchamos música.
Hoy tuvimos una pequeña reunión con las chicas de Servicio País, nos informaron de un concurso de dibujo que llevarán a cabo en el colegio, cuya temática será el patrimonio de Matilla. Nosotros le comentamos que no estábamos muy a favor de los concursos de dibujo, más todavía cuando en nuestras experiencias creativas manifestamos el hecho de que no existe un dibujo mejor o peor que otro. También nos comentaron que su jefe no había estado siendo informado de nuestras actividades, así que, rápidamente le mandamos un mail con nuestras bitácoras.
Hoy fue un día genial, trabajamos con todos los chicos de la escuela de Matilla. Nuestra primera actividad llevó por título: “Perder la timidez en el dibujo”. La estructura de la actividad estuvo dividida en cuatro partes: Introducción; explicación de las reglas del juego; desarrollo de la actividad propiamente tal; y cierre.
En relación a la introducción, le informamos a los estudiantes quienes éramos; lo que buscábamos (que pudiesen perder la timidez en el dibujo) y lo que significaba jugar. A grandes rasgos: “Jugar significa transformar a los adversarios en amigos, significa no ceder al gusto de suspender el juego eliminando al adversario. Jugar significa permanecer dentro de las reglas del juego, evitando salir de ellas para poder vencer y quedar solos. […] Jugar es hermoso porque da pertenencia y hace sentir que uno se siente parte del juego» (Spaltro, 2007, p. 14).
En ese sentido, las reglas en nuestra actividad fueron muy claras: No se podía borrar ninguna línea hecha, ni empezar de nuevo. Toda línea, mancha o punto era parte del dibujo final; todos los materiales se compartían; nuestra experiencia no fue una competencia, estamos colaborando para crear y maravillarnos juntos; todos los niños debían respetar los tiempos de los ejercicios, no importaba si no alcanzaban a terminar o no les gustaba el resultado obtenido; por último, debían atreverse a experimentar, sin miedo al error, la equivocación en este juego no existe.
La actividad misma tenía dos partes, la primera estuvo estructurada de la siguiente forma:
La segunda actividad buscó reunir en un mismo dibujo, el lugar favorito de Matilla, su mejor amigo, su personaje de ficción favorito, y su tenida de ropa preferida.
En relación al cierre, le informamos a los niños que estaremos dibujando con ellos hasta finales de noviembre. Cerramos la actividad con una foto general.
Ahora bien, nuestro día no terminó acá. Volvimos a nuestra casa medio cansados, Simón y Selec se fueron a Pica y yo me quedé dibujando y apoyando a Pilar en la confección del toldo en Matilla, de hecho, nos quedamos hasta las 4 de la madrugada. Pilar quería, a toda costa, terminar el toldo para nuestra actividad de dibujo en la Plaza de Armas de Pica, y así fue.
Sebastián Riffo
Cita:
Spaltro, E. (2007). Prólogo. En Aprender a jugar jugando. Juegos y dinámicas. (pp. 13–16). Bogotá: Sociedad de San Pablo.