Gran parte de la comunidad, a medida que pasan los días, nos preguntan si los volveremos a visitar el pueblo, o ¿será la última vez que lxs veremos por acá?
Creemos habernos vinculado afectivamente con el lugar y sus habitantes, deseamos visitar constantemente el pueblo. Sabemos que es difícil que aquello suceda, pero prometemos hacer todo lo posible para inventar excusas y así volver a la tierra de la aceituna.
La primera vez que vinimos a Los Choros a realizar el diagnóstico en el territorio, llegamos un día después de la tan nombrada fiesta de la aceituna, no sabemos si fue algo del destino o alguna mala fortuna pasajera, pero creemos que no podemos cerrar el pacto con el pueblo sin antes ser parte de la máxima celebración local, en la cual, dicen las vecinas, podremos degustar las más grandes aceitunas que la naturaleza entrega y probar los aceites más puros que brotan de los olivos, y de esta manera sellar el círculo con el pueblo y su gente.