Tenemos varias tareas para hoy y después del desayuno comenzamos revisando la bitácora de la semana para mandarla. Luego fuimos a la biblioteca a hablar con don Enelidolfo O`Ryan (Encargado municipal de Cultura de Pica), pero no estaba. Aprovechamos de conocer el museo de Pica que contiene una serie de elementos y vestigios (telares, alfarería, flechas, fotografías, vestimentas, objetos cotidianos) que dan cuenta de la historia de la zona (Cancosa, Lirima, Collacagua, Laguna de Huasco, Matilla, Pica y Quisma), desde la época pre-hispánica hasta el siglo XX. Encontramos el nombre de la técnica de construcción con caña que tanto nos ha llamado la atención: Quincha!
En la biblioteca encontramos varios documentos sobre el patrimonio de Pica, Matilla y el Valle de Quisma. Entre los varios libros, ensayos, testimonios, nos encontramos con un par de textos de Juan Huatalcho, uno de ellos cuenta una leyenda sobre la llegada de los primeros hombres a este territorio (leyenda Kunza).
Después de almuerzo vinimos a Matilla, nos pasaron las llaves de la iglesia y la conocimos por dentro, luego estuvimos en la plaza dibujando un buen rato. Ahí conocimos a Leonardo Soliz, un joven de Matilla que se acercó a nosotros por lo dibujos, conversamos sobre varias cosas (es fanático de Japón igual que el Seba jajaja).
Justo cuando estábamos hablando con Leonardo llamaron al Selec porque habían unas cabañas disponibles en Matilla. Fuimos a ver a la señora Natividad (la señora del quiosco) que nos llevó a ver a don Mario Matis, dueño de las cabañas. Él mismo las construyó, están bien bonitas, y tiene un taller de madera increíble! Hay tángelos, limones y mangos. Don Mario trabajó en la reconstrucción de la iglesia de Matilla (2005-2007) después del terremoto y su señora fue profesora de la escuela de Matilla (jubiló hace 4 años). Nos gustó el lugar, es bastante agradable.
Nos devolvimos caminando a Pica y a la mitad del camino vimos un tremendo accidente de autos. Un furgón chocó con un camión y toda la parte delantera del furgón estaba completamente destruida, COMPLETAMENTE! sólo estaban intactos los dos asientos delanteros, pero el motor, el parachoques, el vidrio, todo estaba destruido. Y al conductor no le pasó nada, absolutamente nada. Un milagro.
Simón Catalán