Jueves 26
Hoy fuimos temprano a trabajar a la plaza de la iglesia, pero la señora Sonia nos comentó que durante enero va a haber un encuentro de misioneros, por lo que el cura no quiere que interrumpamos. Respuesta que nos sorprendió, pues desde que llegamos, parte de la comunidad nos presentó ese lugar como la plaza del pueblo. Curiosa es entonces la mirada cerrada que se tiene sobre su uso por parte de la institución, ya que investigando los objetivos del proyecto antiguo y del nuevo, después del terremoto del 2010, en todo momento se indica que el patio y la sala multiuso creada junto a la capilla, fueron construidas como donación para su uso público en beneficio directo de la comunidad entera de Batuco, no solo de la población católica del pueblo.
A pesar del trago amargo, y para no seguir insistiendo, nos acordamos que Paulina Sánchez, integrante de la brigada y vecina activa de la localidad, en algún momento nos dijo que podíamos usar la cancha de Los Álamos, su población. Esta se encuentra en pleno camino central, a un kilómetro de la iglesia, por lo que de algún modo cumple con los requisitos que nos propusimos como brigada. La llamamos y coordinamos reunirnos con ella más tarde. Después se nos apagó el teléfono, por lo que tuvimos que preguntar dónde vivía. Un caballero que pillamos en el trayecto nos indicó la casa y llegamos. Tocamos la puerta y nos invitó a tomar once. Estaba su esposo, don Mario, quien preside el conjunto habitacional. Estuvimos hablando de lo que han hecho y de cómo la cancha de la zona fue parte de un proceso que llevó a cabo una muchacha de Talca de nombre Ángela como parte de su proyecto de título. Luego Paulina nos presentó a Patricia, dirigenta activa del sector también. Ambas nos mostraron la sede y bajamos para conocer el terreno. Todos concordamos en que es el mejor lugar para trabajar en la construcción del invernadero, puesto que por fuera transitan vecinos de otros sectores también. Además, la plaza que crearon hace poco es un punto de reunión alternativo para Batuco. Ahora solo basta poner manos a la obra.
Más tarde fuimos a visitar a Fidelicia, la que nos mostró sus huertos e invernaderos, donde planta las flores con las que luego trabaja para hacer aceites y esencias varias. Nos regaló algunas y mucho cariño. Aprovechamos de llevarnos una impresora que facilitó para la brigada, la que usaremos para imprimir textos que necesitamos como grupo para el proceso que estamos emprendiendo.
Viernes 27
Fuimos temprano a Talca a hacer trámites para la residencia, pues desde la próxima semana, después de año nuevo, comenzaremos a construir el invernadero móvil.
Sábado 28
Fuimos a trabajar a la iglesia. Nos sigue dando vueltas el uso cerrado y restrictivo que se le da al lugar. Pero nosotros seguimos usando los bancos y mesones como lugares de trabajo al aire libre, ya que la conexión a internet desde nuestros celulares es mucho más estable que en la casa y otras zonas de Batuco.
Domingo 29
Hoy no hicimos mucho. Nos quedamos trabajando en casa para organizar la semana, a la vez que observamos, como cada tarde, a las gallinas paseándose libres al son de sus movimientos robóticos de cuello,buscando comida en cada rincón, dando saltos y arrancando de los gatos.