BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: La raíz del poema Pencahue - Batuco, Maule - 2019 Residente: Daniel Jesús Díaz
Publicado: 22 de enero de 2020
Tejiendo cuecas

I

 Hace un tiempo supimos de una vecina que además de bailar cueca, le enseña esta danza por iniciativa propia a un grupo de niños y niñas de la zona. Su nombre es Ignacia y nos reunimos con ella para hablar de la Brigada Cultural y analizar posibles acciones en conjunto. Como estamos comprometidos para organizar las actividades artísticas de la semana batucana, se lo comentamos y quedamos de ensayar un repertorio que incluyera canto, danza y payas, y así acercar visiones para un trabajo constante en el tiempo.

 Este compromiso lo vemos más allá de la semana batucana, por tanto. Es una manera de reocupar espacios locales vinculados a la música y la danza que aparentemente parecían perdidos.

 

II

 Gabriela Hill, además de dedicarse a la literatura, es tejedora a crochet. Por tanto, siempre porta un tejido para practicar. Por lo que han comenzado a surgir ideas sobre el tema, porque algunas vecinas se han visto interesadas al verla tejer cada vez que nos reunimos a un costado de la ramada de Los álamos, nuestro punto habitual de encuentro para actividades y conversaciones espontáneas. Aún no tenemos claro hacia donde derivará, pero sin duda es algo que les hace sentido a varias de ellas.

 

III

 La semana anterior conocimos de casualidad a Claudia López, intérprete de rancheras de la zona, durante una de las actividades realizadas a un costado de la ramada. Nos la presentó Adrian Valenzuela, vecino e integrante de la brigada. Desde esa ocasión quedamos de vernos para charlar y practicar un repertorio popular y un set de cuecas para acompañar la presentación planificada para la semana batucana.

 

 

IV

 La semana anterior, también, conversando con unas vecinas, nos comentaron que en la localidad todas las familias se nombran entre ellas por los apodos que han ido adquiriendo, no por sus nombres particulares y “oficiales”. Hecho que nos llamó mucho la atención, pues cada uno está relacionado con la flora y fauna local. Información relevante sin duda, pues es un claro nexo entre ellos y su propia realidad.

 

Por tanto, vemos ahí una forma de resignificar ese espacio creativo. La manera más lógica de hacerlo que se nos ha ocurrido es creando una cueca, matando dos pájaros de un tiro, pues a la vez que volvemos al presente el cultivo de esta expresión musical, resignificamos por medio de su estructura literaria popular, las formas creativas que sus habitantes tienen para autodenominarse. Así nació la cueca de los apodos, la que junto con dos cuecas de Violeta Parra se han convertido en la base para ensayar la presentación que tenemos proyectada para la semana batucana y, al mismo tiempo, una manera de seguir trabajando una obra colectiva que aún está en etapa de exploración y, por tanto, abierta a cambios.

 

V

 Nos surgió un problema. Ignacia nos comunicó que no podrá participar como monitora del cuerpo de danza para la semana batucana. Eso nos genera un problema, pues nadie más del equipo ni de la brigada local se dedica al baile. Sin embargo, Paulina Sánchez nos comentó que tiene una sobrina que también es amante de la cueca. Su nombre es Gisel Jara. Le propuso la idea y esta se animó, por lo que pronto nos reuniremos con ella para ver detalles y avanzar a contratiempo.

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