Jueves 5 de diciembre de 2019
Bajamos a trabajar de mañanita a la plaza de la iglesia para poder conectarnos a internet, enviar algunos correos electrónicos y buscar información relevante. Posteriormente nos juntamos con Francisca Burgos, artista visual talquina que acababa de terminar su temporada de trabajo para el programa Acciona del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en la escuela del pueblo, a quien convocamos para que formara parte del equipo de trabajo externo también. Conversamos un rato.
Luego fuimos a comprar lechugas y tomates a la casa de la señora Matilde López, la que nos invitó a pasar al huerto. Nos impresionó ver la cantidad de productos que tenía y de cómo en vez de tenerlos listos para vender en una canasta, los sacaba directo de la tierra y de las matas, fresquitos. Regresamos para la casa y almorzamos. Hablamos de la residencia y de la hoja de ruta general que hay. Quedamos de citar a la comunidad para una reunión informativa la próxima semana. Nos despedimos. Posteriormente, con Eliana bajamos a la Municipalidad de Pencahue a reunirnos con Sebastián Novoa, el encargado de cultura para hablar sobre los planes que tiene el municipio para la localidad y establecer desde ahí un trato de colaboración de ser necesario.
Viernes 6 de diciembre de 2019
Fuimos a la escuela del pueblo para hablar con su directora, la señora Jaquiline Varas, e informarnos sobre las posibilidades de usar el espacio durante el verano. No pudimos conversar mucho, pues había una actividad de elección de reina y rey del año. Después de saludarla brevemente nos fuimos.
Durante la tarde, fuimos a la iglesia, porque en uno de sus salones había una reunión del Fosis al que nos invitó la señora Luzmila. Aprovechamos de hablar con algunas vecinas de manera breve. Una de ellas nos contó que mañana habrá una procesión y una ceremonia de primera comunión a la que nos dejaron invitados.
Sábado 7 de diciembre de 2019
Hoy fue día de fiesta. Desde medio día hubo un campeonato de fútbol en la cancha de La Aguada. Jugaron cuatro equipos y el ganador se llevó un cordero de premio. Desde niños a adultos estuvieron vitoreando a los jugadores con mucho entusiasmo. El fútbol, como en todas partes, es un espacio unificador. Había comida a la venta por lo que aprovechamos de comprar unas empanadas al horno muy ricas. Una vez terminado el deporte, vino la fiesta, la que mantuvo el carácter familiar de todo el día. Una banda ranchera en vivo hizo mover los pies de hasta el más tímido, incluidos nosotros que bailamos y conversamos de manera coloquial con parte de la comunidad para estrechar lazos para lo que se viene.