Desde que llegamos a Andacollo hemos estado conversando con distinta gente sobre el desaparecido pueblo de Churrumata, su historia y las familias que aún viven acá. En un principio pensamos realizar un encuentro de memoria en la biblioteca, en colaboración con Cecilia, quien ya ha hecho un trabajo de recopilación de fotografías y encuentros de memoria del siglo XX. Pero ella misma sugirió que tendríamos mejor convocatoria en Nueva Churrumata, una villa donde fueron desplazados algunos de los habitantes cuando se desalojó en pueblo en los años noventa. Luego algunas gestiones por su parte, esta posibilidad quedó en espera y se nos vinieron encima el fin de año y las fiestas. En el grupo Violeta Parra en la biblioteca habíamos conocido a la señora Laura Flores, quien nació y creció en Churrumata junto a su familia. Ella nos comentó que tenía pensado hacer una once con amigas de Churrumata en su casa, evento que ha realizado antes para reunir a su gente. Paralelamente, don Guillermo se entusiasmó con la iniciativa y entre ellos acordaron convocar en Nueva Churrumata. Nosotros hemos estado ocupados con el trabajo en Maitencillo, pero un día vemos a la señora Laura que ya organizó un encuentro y estamos invitados para conocer a las que lleguen.
Partimos a la junta de vecinos de Nueva Churrumata un caluroso día sábado, sin saber con quienes nos encontraríamos y sin más planes que conocer y contactar gente, pensando en escuchar sus historias, saber si se interesan por hacer en colectivo y quizás hacer entrevistas más adelante, con vías a una recopilación documental que pueda aportar a la comunidad. Ya hemos planificado actividades para Maitencillo y el trabajo de radio para niños en el verano, por lo tanto tenemos ya bastante copados los meses de enero y febrero.
La señora Laura llega con galletas, bebidas, papas fritas y un alto de fotos antiguas. Llevamos pan de pascua y mate. Gloria, la tesorera de la junta de vecinos aparece con unas bandejas de canapés y junto a ella y Rosa, otra vecina, ordenamos un poco y preparamos la mesa. Lxs vecinxs están avisados, y hay un cartel en la puerta. Llega don Guillermo y al rato ya han llegado unas 8 vecinas más. Nos presentamos, explicamos un poco quienes somos y luego agradecemos a doña Laura y a todxs por venir. Comenzamos con presentaciones, cada una nos va contando su relación con Churrumata y luego comienzan a circular las fotos y la conversación se pone muy animada. Pregunto si podemos grabar, para poder registrar la conversación y no perdernos de nada. Siguen llegando algunas y otras se van. También llega Cecilia y se une a las conversaciones. Hay momentos tristes de historias como la de don Gabriel Castillo, sindicalista detenido para el golpe de 1973 y ejecutado político. También hay muchos recuerdos de infancia, anécdotas y personajes que ya no están. La pobreza, el esfuerzo, el trabajo, pero también la solidaridad y el sentido de comunidad están presentes en la conversación. Algunas se emocionan mucho y comentan que no pueden hablar del tema, porque las invade la nostalgia y la pena. La señora Hilda que es mayor se retira temprano. La señora Laura ha traído las fotocopias del VEA de 1964, donde hay un reportaje a los 7 mineros aterrados en la mina Flor de Té, y junto a Camila nos dedicamos a compaginarlo sobre un mesón. En la medida que pasa la tarde, la sesión se torna más relajada, entramos en confianza y las que quedan al final, junto a don Guillermo, nos cuentan anécdotas y repasan una larga lista de sobrenombres de personas de allá. Nos reímos con los nombres: el poroto, el pichirata, la coscacho, los cabritos gordos, la arañita loca, el chancho de palo, la chululo, la poco chuño… la lista se pone cada vez más divertida y terminamos la tarde con ataque de risa. Nos despedimos de Gloria, Tilda y Rosa, y quedamos con sus teléfonos para contactarlas nuevamente.
Nos vamos caminando cerro abajo, contentos de la jornada, agradecidos con las vecinas. Tenemos que pensar cómo trabajar este tema. Por el momento tendremos que evaluar si iniciar un proceso nuevo con el grupo, o seguir lentamente conociendo, juntarnos de nuevo y apoyar la actividad que la señora Laura van a realizar en el verano, la recopilación de fotos que está haciendo Cecilia. La historia de Churrumata es un tema sensible y aún no sabemos bien qué quiere la comunidad en relación al resguardo de su propia memoria. Quizás es una investigación para más adelante.