BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Tesoros del Cerro Andacollo, Coquimbo - 2019 Residente: Claudia del Fierro
Publicado: 8 de febrero de 2020
Encuentro en Nueva Churrumata

Aportamos con una exposición de fotos antiguas al encuentro que organiza la señora Laura con la gente de Nueva Churrumata. La gente se emociona mucho y también traen fotos antiguas para exponer. Nos piden que seamos jurado del concurso de alianzas y pasamos una tarde loca. En la noche hay orquesta de rancheras y la comunidad festeja en la calle.

 

Despedimos a Agnes el jueves, después de bajar todos los materiales de los dos talleres sonoros que realizó con lxs niñxs de Anadacollo y Maitencillo. En estos días también nos dedicamos a ingresar boletas, completar el presupuesto, hacemos apuntes para las bitácoras y revisamos el calendario de este mes que nos queda de residencia. Hay mucho que hacer aún. El viernes llega Sybila que viene por segunda vez a trabajar con nosotros y esta vez nos apoyará con una actividad en Nueva Churrumata, la última sesión en la escuela de verano y yoga en Maitencillo.

 

Luego del encuentro de memoria al que fuimos invitados en la junta de vecinos de Nueva Churrumata en diciembre del año pasado, hemos seguido en contacto con la señora Laura y las actividades que las Churrumatinas han estado planificando. Ya en enero nos había contado que estaba organizando un encuentro para febrero, al cual estaba convocando a gente de Churrumata que aún está en Andacollo y también a los que se han radicado en otras partes. Junto con un hijo de Churrumatinos, y las mujeres que conocimos en diciembre, organizaron un almuerzo y convivencia en la plaza de Nueva Churrumata. Nosotros nos comprometimos a apoyarlos con una exposición de fotografías antiguas que ella conserva. Nos juntamos un par de veces para hacer una selección de lo más representativo y así vamos escuchando más historias y anécdotas de Churrumata. Un día incluso vamos a conocer a don Claudio Corté, tío de la señora Laura, Churrumatino, minero y rescatista de los mineros aterrados en la Flor de Té en 1964. El “tío Yayo” nos muestra algunas fotos y nos cuenta sobre las canciones que hace con guitarra. También nos muestra una pintura que hizo, representando a Churrumata como era antes de ser demolida.

 

El sábado nos levantamos a las 6 para los últimos preparativos. Hemos quedado a las 8 de la mañana en la plaza de Nueva Churrumata. Ya tenemos las fotos impresas y materiales para montar la exposición. Tendremos que inventar un montaje para un espacio abierto, sin muros. Tenemos alrededor de 40 fotografías y 20 reproducciones de unos reportajes antiguos sobre el accidente de la Flor de Té. Llegamos y ya está todo armado con mesas, sillas, toldos, globos y amplificación. La señora Rosa y la señora Gloria han estado toda la noche trabajando en la producción, nos cuentan que la señora Laura fue a su casa cambiarse de ropa recién. Nos muestran el espacio y vemos donde podría ir la muestra. Se consiguieron atriles que podemos usar de soportes y también tenemos cartones, hilo de pescar como para colgar cosas de los toldos. Nos ponemos a trabajar y llega la señora Laura con unas fotos enmarcadas que han ido llevando algunas personas para que armemos una mesa con las imágenes de los que ya no están. Sybila se pone a conversar con los que están a cargo del Club Deportivo y van a buscar algunas fotos del histórico equipo de Churrumata, para complementar. Pasamos la mañana montando la exposición y la gente va llegando a aportar cosas y a ayudarnos, algunos muy emocionados de ver a sus parientes, vecinos retratados. Hay mucho sol y a la tarde sale viento, tenemos que pensar en eso también.

 

A las 11:30 tenemos todo listo, hemos puesto dos hileras de fotos por uno de los caminos que llevan al centro de la plaza y otro conjunto a la sombra de un toldo, con la historia de la Flor de Té y la mesa de homenaje a los antiguos. Aparece una increíble foto del equipo de fútbol femenino y trato de juntar a las futbolistas para una foto 30 años después, pero están emocionadas conversando y riendo entre ellas. Mientras tanto, la señora Laura, Gloria, Rosa y algunos ayudantes han estado asando los pollos, haciendo las ensaladas y armando el almuerzo. Empiezan a llegar, primero los vecinos y vecinas a pie, luego algunos autos y camionetas que vienen de Coquimbo, La Serena, Ovalle. Pasado las 12 hay unas palabras de bienvenida de parte de los organizadores y música. El ambiente es festivo, veo que hay grupos distintos que se van instalando en las mesas, abrazos, saludos, risas. Un grupo de señores mayores pulula alrededor de las fotos del Club Deportivo, nombrando las caras, contando anécdotas.

 

El almuerzo es un éxito. La comida es abundante y las bebidas también. Nos quedamos cerca de la exposición a conversar con la gente y algunos vecinxs van a sus casas a buscar fotos para mostrar. La antigua iglesia, el campamento, los partidos de fútbol, la procesión de la virgen. Hay muchos recuerdos asociados a estas imágenes y las conversaciones se alargan.

 

De repente nos llaman con el micrófono: van a comenzar los juegos y se necesita un jurado. Es una sorpresa para nosotros, pero accedemos de inmediato y escuchamos atentos. Todos participan y se arman dos equipos: los locales y los que viven fuera. Hay concursos de distinto tipo y uno sorpresa que tenemos que inventar nosotros. Cada equipo debe elegir su reina e ir nominando a los concursantes para cada prueba. El sol pega fuerte y el público está como loco mientras los concursantes revientan globos en una silla, juegan a las sillas musicales y tiran la cuerda. Pasan las 5 pruebas y llegamos a “el que la sabe canta”. Andrea sale adelante a cantar por el grupo de los locales y saca aplausos. Luego comienza a sonar un conocido vals. Una de las señoras futbolistas sale adelante y comienza a cantar la primera frase del Vals de Churrumata. Pero llega a la mitad y no puede seguir, está muy emocionada y rompe en llanto. Se hace un silencio. Todos están muy conmovidos. Churrumata se extraña y es difícil este duelo por un lugar que ya no está.

 

El equipo de los locales celebra a su reina, doña Laura y comienzan los preparativos para tomar once. Hay churrascas en la parrilla y tecito. Nos sentamos en la mesa familiar con la señora Laura y conversamos un rato. Estamos cansados y ella mucho más, pero con una vitalidad increíble, sigue moviéndose de aquí para allá y ya empieza con los preparativos para la noche.

 

La banda comienza a tocar rancheras al fondo de la calle del Club Deportivo de Nueva Churrumata, que está cerrada para la pista de baile. Hay un viento fresco y la gente comienza a moverse con alegría, disfrutando la noche y la música. Ya son más de las 11 y vamos de vuelta a la casa, mientras se anima la fiesta sobre el escenario que tiene como telón de fondo a los cerros y las mismas estrellas que alguna vez alumbraron la noche de Churrumata.

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