Lunes 9 am estamos en el liceo, instalados en la sala que nos han prestado para el taller de radio.
Niñas y niños van llegando y nosotros preparamos la sesión mientras toman el desayuno en el casino. El ritmo de la escuela de verano es relajado y comenzamos a las 10, cuando logramos convocar a lxs más interesadxs. Dastan y Brian aparecen temprano, luego llegan Sofía, Cristóbal y Camila. Con los ojos vendados, escuchamos la edición final de los cuentos que se grabaron la semana pasada. Comentamos la historia y pedimos opiniones. Más participantes van llegando de a poco y trato de qe no se interrumpa mucho la conversación. Camila piensa que podemos cambiar el final y decidimos volver a grabar los sonidos y voces de los personajes. Con un diagrama reconstruimos las historias y el grupo logra terminar “La Llorona y los animales” con un final más amable para la cabra y sus amigos.
En la segunda parte de la mañana abrimos el taller de confección de instrumentos y artefactos sonoros. Después de jugar un rato van llegando más niñxs. Ivo guía la sesión que consiste en construir marimbas de madera, pitos, flautas o violines con pvc y madera. Los instrumentos y algunos otros artefactos serán usados para hacer música incidental y sonidos para el cuento y otros capítulos del programa radial. Sofía y Dastan se concentran y confeccionan sus marimbas. Brian prefiere pintar y organizamos el taller de forma que puedan trabajar en cosas distintas. Afuera suena un parlante con reggeatón y el resto de lxs niñxs juegan en la cancha. Aun así, algunos llegan curiosos y quieren participar. Hacia la hora de almuerzo comenzamos a cerrar la sesión e invitamos para que lleguen el miércoles, un poquito más temprano y podamos aprovechar la mañana. Es intenso el trabajo, a veces tenemos que dejar que el grupo vaya y venga, que jueguen a otras cosas. A pesar de que la participación fluctúa, estoy convencida de que el proceso va a agarrar fuerza.