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Residencia: Llegó de Melinka Melinka - Centro Cultural Ascención, Aysén - 2019 Residente: Paulina Martínez Marín
Publicado: 27 de enero de 2020
Melinka dialoga

De primeras, el decir en Melinka no es una cuestión que se haga con libertad.

Los medios de comunicación oficiales no lo hacen. Y quienes se atreven reciben reclamos por no dar a conocer la “versión oficial”.

L@s trabajadores tampoco. Algunos temen perder sus puestos y está la experiencia de algun@s a quienes no se les ha renovado el contrato por expresar su punto de vista.

Hay temor de participar mucho en los sindicatos, por lo que puedan pensar los hijos y maridos si su mamá anda hablando.

 

Las ganas de decir son inmensas. Pero antes hay que confirmar algunas cosas:

¿Estás segura de que mi nombre no se compartirá si respondo a su pregunta en instagram?

¿Estás segura de que al director de la radio no le molestará?

¿Podremos tratarnos con nuestros sobrenombres?

¿No hay pauta?

 

Tras una ronda de mates, se recupera la confianza para explorar en el decir. En las mateadas, programa radial y yo quiero aquí vamos ensayando, perdemos la vergüenza y reconocemos espacios para la expresión. Espacios donde exponer distintos puntos de vista y que ello no termine en conflicto irreconciliable.

 

La palabra se va soltando ante la aparición de los “temas de la isla”, estos grandes titulares que han aparecido con las rondas de preguntas y peces. Tod@s tienen algo que decir sobre los temas de la isla. A ratos, hay quienes sienten que no… pero poco a poco esa sensación desaparece. Cuando los mates corren y la confianza se establece.

 

“Creo que nunca había tenido la oportunidad de hablar contigo” (Le comenta una vecina a su vecino en el 3er episodio del programa radial).

 

Paulina

 

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