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Residencia: Suelo común, conectando territorios Renaico - Observatorio Regional de Participación y Desarrollo Cultural de Renaico , La Araucanía - 2019 Residente: Margarita del Carmen
Publicado: 19 de enero de 2020
Al ritmo de los boleros y una brisa cálida: diseño de un horno comunitario

Para hoy convocamos a los vecinos de Tolpán a un primer encuentro para conversar sobre la idea de construir un horno de barro, de las formas locales de construcción, los yacimientos de greda y arena, y así empezar a trazar un diseño.

 

Convocamos a las 15 hrs. y ya son las 16hrs. Georgina que vive al lado, se disculpó, porque tenía visitas que atender. Pasaba la hora y pensamos que ya no iba a venir nadie. El sol botaba un calor apabullante. También habíamos escuchado de un conflicto en torno al abastecimiento del agua que ocurrió hace 3 días entre los vecinos. Quizás aún quedaban algunas heridas que repercutían en la asistencia a esta actividad. Aunque no somos parte directa de ese conflicto, percibimos que es urgente abordarlo, así que nos pusimos a conversar cómo. Tolpán está inmerso en las forestales, no solo geográficamente ha sido carcomido por las plantaciones, también la empresa se ha encargado de suplementar con bonos y regalos a los vecinos, separando la vecindad, estableciendo nuevos conflictos, empobreciendo a la gente, la tierra y el agua.

 

Las cosas hay que conversarlas, quizás con las manos en el barro, podremos establecer un diálogo. Pero si no viene gente, no podremos hacer el horno. No es la idea.
El agua es un recurso básico y vital, un derecho de todos los seres vivos. En Tolpán como en muchas zonas rurales de la Araucanía como en gran parte del país, es algo que escasea cada vez más y afecta a los más humildes y sencillos.

 

En el escenario de que no llegara gente, no podríamos echarnos para atrás con el horno, porque ya todos sabían que se iba a construir. Aunque no queremos ni debemos construirlo solas, porque eso no tendría ningún sentido, nos pusimos a pensar en planes B, C y D. Al ratito llegó Erika con su hermano Cheyo, la sobrina Katherine y pudimos comenzar con la actividad. Luego llegó Juvencio y María.

 

Tomando mate, compartiendo frutillas y una tarta de verduras, fuimos conversando al ritmo de unos boleros y rancheras que escuchábamos de fondo. Bajo el patio techado, la brisa cálida de esa tarde acariciaba nuestra piel, nos reímos, conversamos, dibujamos… compartimos algunas ideas y modelos de hornos y decidimos como hacerlo. Dónde encontrar los materiales, cuánto tiempo nos demoraríamos, etc.

 

Al ratito Cheyo se ofreció para encontrar la greda en el sitio de su papá, donde Don Gume hacía ladrillos, y él y sus hermanos lo ayudaban en las faenas. Don Juvencio se ofreció de poner el guano, que lo traería solo, que no nos preocupáramos. Con Cheyo acordamos de ir a palear juntos, necesitaríamos varios sacos de greda, y a demás nos daba mucha curiosidad ver ese yacimiento.

 

Erika se ofreció en traer Tomates para una ensalada y todos quedamos súper entusiasmados para el próximo fin de semana que sería nuestro encuentro e inicio de obras.

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