Hoy salimos a distribuir la invitación para la mateada que haremos el próximo domingo 19 en Tolpán.
Llamamos a nuestro amigo taxista, el Che que le dicen por ser argentino, y el nos acercó al cerro. En el auto fuimos charlando de la vida y el amor. De la importancia de compartir, de las cosas simples por las que uno vive, de como uno llega al mundo sin saber vivir, y compartiendo con el otro, uno se va conociendo a si mismo, aprendiendo sobre el respeto. Se llegó a emocionar con una lágrima en su relato. Las vueltas de la vida… el corazón no se abre siempre en cualquier compartir.
Arriba en el cerro empezamos a repartir nuestro volante. Fuimos casa por casa. Las casa están agrupadas en sectores, de 3, 4, 5 casas y luego campo, plantación y más allá otro grupito de casas. Caminamos mucho bajo un sol intenso y un camino polvoriento, pero fue bueno, fue bueno porque nuestra invitación personal tuvo buena recepción y creemos que es la mejor forma. Llegamos a la casa de la Sra. María que está en una curva en el alto. Nos invitó a pasar a tomar un refresco, pero ya adentro nos quiso servir almuerzo y no aceptó nuestro no. Nos quedamos. Georgina, otra vecina estaba ahí también visitando al esposo de María quien se encontraba delicado de salud. De visita estaba también una amiga de María, quien la había venido a visitar, luego de un sueño que tuvo con ella. En su sueño la veía bien, pero con un bastón, y recordó el paso de los años. De Santiago, de donde fueron vecinas y amigas muchos años se vino al sur en busca de su amiga. Se consiguió a través de contactos el destino de María. Conversamos del amor también, a partir de esa amistad, desde el cariño y el cuidado. Nos emocionó, que lindas amigas!. Salimos de casa con Georgina y caminamos juntas hacia la sede de la Junta de Vecinos. Se entusiasmó con la idea y nos quiso ayudar a colgar el lienzo que traíamos. Nos prestó una escalera y nos indicó el mejor lugar para colgarlo. Le dejamos algunos volantes que ella quiso distribuir en un encuentro que tenía el día miércoles. Georgina vive al lado de la sede en una casa con 3 perros, 4 gatos, un enorme parrón y una lindísima huerta.
Continuamos nuestro camino hacia Tolpancito que queda más arriba del cerro, allá otro grupo de casas. Al final, llegamos donde Luisa para darle el último volante, creo que alcanzamos todas las casas, en todo caso no nos quedaban más volantes y el día se nos iba.
Cansadas volvimos al pueblo. Nos quedaba por repartir los afiches para la actividad de este miércoles en Renaico con los jóvenes. Pasamos por el terminal, negocios y bomberos y conversamos con algunos vecinos.
En la plaza nos encontramos con mucha gente congregada por la marcha por el río Renaico. Alcanzamos a llegar! Las aguas del río, como muchos otros ríos en Chile, están en remate. Gracias a las leyes absurdas que hay en este país, esas tipo de negocios se permite. Nos unimos a la marcha, a la que en su trayecto se le sumaban más y más gente, dimos una vuelta por el pueblo, cruzamos la linea del tren y luego rumbo al puente. Fue muy lindo ver a tanta gente de tantas edades diferentes marchar por la preservación del agua, algo que trasciende al tiempo, las fronteras, los biotopos, las edades y las personas.
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