Hoy salimos a filmar al río.
Propusimos dejarnos llevar por lo que ocurría, sin que el tiempo nos detuviera, dejando al lugar maniobrar nuestros ojos y oídos. Filmamos por 5 horas, desde antes del atardecer hasta pasada la noche. Se fue construyendo un relato revelador, sin necesidad de palabras.
El balneario del río Renaico es el lugar más popular del pueblo. Aquí hay muchas conexiones sociales y ambientales. Al mismo tiempo que el río se está secando y la gente habla de este cambio, las tradiciones y costumbres en torno a estas aguas que corren, no se detienen. La gente se baña hasta media noche, los botes, a pesar del bajo cauda, siguen a disposición. La gente sigue lavando, ya no toda la ropa, pero sus ropas de playa, sus alfombras y sus autos (aunque esto último no sea prudente con la ecología del río, continúa como parte de esa costumbre de ir a lavar al río). El balneario se divide por dos puentes que lo cruzan, el carretero y el ferroviario. Por ahí pasan constantemente los troncos de las forestales, chips de madera, ácidos y combustibles para la CMPC. Día y noche, sin parar. Del puente sobrepasan algunas aspas de las eólicas que zumban constantes y se mezclan con el ruido de camiones que pasan por la ruta de la madera. De alguna manera, todas las memorias, costumbres y problemáticas sociales y ambientales del territorio se encuentran y conectan aquí en el balneario.