El día de hoy nos dirigimos a la villa V Centenario, una de las treinta poblaciones del sector de Santo Tomás de La Pintana, y con la que no habíamos tenido mucho contacto aún.
Nuestro objetivo era reunirnos con la agrupación Non Stop, una agrupación de jóvenes practicantes de break dance.
Desde los primeros días en el territorio yo había estado averiguando por agrupaciones de jóvenes que practicaran alguna disciplina artística, y la verdad es que me tomó bastante tiempo obtener noticias. Parecía o que no habían jóvenes que las desarrollaran o que las mismas estaban muy invisibilizadas.
Después de meses conseguí el teléfono de Daniel, quien dirige esta agrupación y con quien concertamos esta cita.
Llegamos cuando ya estaba oscureciendo a la plaza de la villa V Centenario, en donde cada lunes y miércoles estos jóvenes se reúnen a realizar ejercicios de barras y abdominales. Ellos mismos luego nos contarían que toda la infraestructura deportiva que tiene esta plaza y que utilizan en estas prácticas, fueron instaladas por ellos mismos con el apoyo de un fondo de una universidad privada de Santiago.
Los chicos nos estaban esperando y antes de que comenzaran con sus rutinas, les pudimos contar lo que estábamos haciendo en el sector y nuestro interés por invitarlos a trabajar con nosotros.
Desde un primer momento nos manifestaron mucho interés por participar y con Claudio, mi compañero de trabajo, una vez más volvimos a sentir una sensación que ya habíamos estado experimentando en el territorio, que tiene que ver con la percepción de una necesidad o de una “casi-urgencia” por expresar, por transmitir, por decir, por instalar un relato o discurso en el otro y de mostrar lo que se está haciendo.
Esta necesidad detectada en el territorio por “sacar la voz”, es de algún modo una fuente de inspiración para nosotros y a medida que la hemos ido percibiendo se ha ido transformando en un sentimiento de compromiso hacia con los vecinos y actores con quienes nos vamos involucrando.
Después de presentarnos y conversar sobre distintos temas, nos contaron que cada viernes realizan un taller en la sede vecinal para jóvenes de la villa que se están iniciando en el break. Acordamos ir a visitarlos para poder grabar algunas tomas y sonidos para el documental, así como también realizar un tercer encuentro, esta vez en las dependencias del Teatro Municipal, para poder registrarlos mientras bailan y hacerles una entrevista.
Luego los chicos se pusieron a practicar y nosotros los acompañamos un rato más.