BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: 282 Décimas a la redonda Portezuelo, Ñuble - 2019 Residente: Nicol Eliana Soto Meza
Publicado: 3 de febrero de 2020
Manos a la obra

Día de reuniones con los artistas, para este quinto encuentro habíamos previsto manifestar los avances en base a los acuerdos para el gran encuentro de exposición de las prácticas artísticas desde el territorio, sin embargo, nos encontramos con muy buen ánimo por parte de los integrantes, quienes por iniciativa propia, tomaron las telas que habíamos recolectado y las comenzaron a medir, cortar en cuadrados de 34x34cm. para luego ser cosidas y unir en un gran manto, el que será dispuesto de forma horizontal o vertical para el encuentro en la plaza y utilizado en posteriores actividades. Algunxs vecinxs ya tenían adelantado los retazos cortados y cosidos, por lo que los resultados motivaron mucho más al grupo.

 

Derribando mitos, hombres y mujeres trabajando al unísono para este fin y propósito común, marcado por la colaboración, compromiso y el humor, donde hubo tiempo para el encuentro, compartir y reír. Al mencionar que proveníamos de la región del Maule, comenzaron a surgir las anécdotas, los recuerdos y las complicidades. Una de ellas que nos sacó más de una carcajada, fue la contada por don Francisco Parra, quien contaba que en periodos de faenas como camionero, eran habituales las bromas, algunas muy subidas de tono. Recuerda que una localidad cercana, habían encontrado un cojín que para sorpresa de los compañeros, estaba relleno con ropa interior de mujer, a lo que el ingenio del chileno, un día viernes decide sorprender a sus compañeros, repletando bolsos, chaquetas y abrigos con las prendas interiores de mujer. Los colegas desentendidos del tema, siguieron sus funciones sin enterarse de lo acontecido, llegado el fin de semana se despidieron y desearon buena suerte. Al lunes siguiente, la tónica fue ver a los trabajadores sin sus bolsos, sus ropas sucias y malolientes, y un profundo pesar por las peleas que se generaron, incluso algunos faltaron a sus trabajos y comentaban como se habían intercambiado alojamiento. Otro de los asistentes, recuerda como la broma casi le cuesta el matrimonio: “mi señora no me podía creer que yo no tenía nada que ver” (…) “por la bromita que hicieron, casi me echan de la casa”. Las risas se tomaron el encuentro.

 

Luego, fue el paso para las historias y leyendas de terror, como la monja sin cabeza que había presenciado uno de los participantes durante una actividad en el Liceo Parroquial, o como la activación del agua de las duchas mientras se encontraba solo en el baño y el movimiento de sillas en dependencias del gimnasio, solo por contar algunas que presenciaron los asistentes.

 

Entre risas y suspenso, transcurrieron las horas, marcadas por el trabajo colaborativo y participativo, avanzando a muy buen ritmo compartiendo saberes, anécdotas y gratos momentos con los vecinos de la comuna.

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