El día viernes y sábado se desarrolló una muestra de cine documental en la Caleta Camarones. En marzo baja la helada a la noche y corre un poco de viento frío. Instalamos las sillas de la sede en la calle que está en frente de la casa de María, atrás de la de don Jorge, y casi en frente de la casa del Pátula. Llegaron Juan Pablo y Andrea e instalaron la pantalla, proyector, mesa y parlante. Sabemos que en marzo hay menos gente en la caleta, la gente se va a trabajar a Arica, no hay niñes y muy pocas mujeres. En esta ocasión me di cuenta de varias cosas del proceso que hemos estado llevando a cabo. Si bien los pescadores y la población masculina de varones nunca fue el foco de trabajo, lo reafirmé una vez más, ya que este fin de semana me tocó lidiar con ellos y principalmente con las personas que no trabajé (del todo) en la residencia estos tres meses. Fue difícil y la convocatoria reconozco que se me hizo lenta. Hay población nueva, siempre llega. Pero las personas que convocamos a la proyección no eran personas con las que trabajamos antes (en algunos casos). No llegó mucha gente pensamos, por varios factores: porque es marzo, por que no hay mujeres, por que les niñes están en Arica y por que todo se ha tornado más pausado.
Se mostraron diversos materiales documentales de la India, del Perú, de Ecuador, y de Brasil. El recibimiento en general fue bueno, y todas las personas los disfrutaron y logramos generar un espacio de diálogo en torno a los materiales exhibidos. El segundo día llegó más gente que en el primero, así como también el público fue variante y fluctuante (entraba y salía). El segundo día colocamos vino para tomar y creo que ese fue un factor que hizo que determinado publico pudiese llegar (un poco tomado de antes). Siendo el alcohol un tema en la caleta del que no somos ajenos y que se vive todos los días. Esta fue la última actividad formal que encaramos dentro del proyecto y esperamos que haya quedado dando vueltas en las personas que asistieron.
Al finalizar, nos quedamos conversando un rato largo con algunos asistentes comiendo y bebiendo de lo que quedó e incluso se cortó la luz del pueblo. Esta bitácora la escribo desde la caleta aún, ya nos avisaron de las medidas oficiales de cortar toda actividad por resguardo sanitario. No podremos hacer el cierre (pienso que de ningún tipo) y muchos procesos están quedando a medio camino por todo lo que está sucediendo.
Esperamos pueda resultar todo de la mejor forma.