Las grietas. La momia tiene grietas en su cuerpo que queríamos dibujar para que se vieran a kilómetros. La momia también tiene ojos, nariz y boca en su máscara negra que la cubre que debían verse a lo lejos. Llevamos cervezas, agua, parlante con música y gaseosa. Subimos lento a eso de las 16:00 tirado para las 17:00 hrs. del domingo. Subir no es fácil, es más bien difícil solo que ahora ya agarramos el ritmo. A la altura se divisaban los jotes característicos de la caleta, que a mi en lo personal me dan miedo (pero que ya aprendí a ahuyentar eficazmente). Al llegar arriba debíamos limpiar, barrer con las manos las conchas sobrantes, arar la arena para que quedara liso el cerro, omitir el cuello de la momia, agrandar la cabeza significativamente y comenzar a colocar las conchas que derrumbamos desordenadamente la semana pasada. Clarence y Andrea no grabaron, más bien colaboraron con colocar y ordenar. Abajo se quedó Claudia quien nos iba diciendo como quedaba. Fue difícil. La cabeza se nos deformó bastante desde el principio y nos costó calcular la proporción exacta, de abajo las cosas se ven diferentes por que la perspectiva desde donde se mira cambia. La imagen debe deformarse a lo David de Miguel Ángel cuando se observa desde abajo, tal cual. Ocupamos todas las conchas que encontramos, las que llevamos y las que habían. No quedaron más.
Cintia quien es la hija de don Jorge, hizo las grietas y le quedaron magistralmente buenas. Ella sabe, participó en todas las anteriores intervenciones del cerro incluso en las de años atrás. La boca debemos arreglarla y la nariz también.