Ayer salimos a Arica por el día en busca de materiales para nuestra siguiente actividad que titulamos “Señalar”. Compramos pegamento AC, maderas, un Dremel, espátulas y algunas otras cosas que regularmente estamos necesitando en la Caleta. Siempre es agotador ir a Arica por todo lo que implica salir de un lugar calmo y tranquilo a una urbe ruidosa y capitalina como lo es Arica.
Hoy salimos en busca de conchas, hicimos una prueba de pegado para lo que serán nuestras señaléticas del humedal, caminamos, conversamos y a la noche vimos unas películas de cine experimental proyectadas en la casa del profesor de la caleta (no le pedimos permiso, jeje). Como es costumbre lxs niñxs nos pidieron ocupar la cámara a lo cual accedimos sin problemas, les gusta grabar, grabarse y decir cosas.
La mar queda bastante lejos de lo que es el pueblo, caminando será una media hora en bajada (por precaución de los tsunamis lo diseñaron de esa forma). Fuimos con niñxs pequeños de 5 a 6 años (2) y los demás relativamente en la edad pre adolescente (5). En la playa pude apreciar que se sienten libres como en ningún lugar. Corren, saltan, se tiran rodando por las dunas, se sacan los zapatos, se tiran arena, miran la mar, se dan espacio para sentir, observan, piensan, pelean (un clásico) y también se hermanan. Bastián y Yerson son los más pequeños de la caleta, Bastián acaba de cumplir los 5, Yerson que es más pequeño de porte tiene 6. A Yerson le daba miedo el sonido del mar, casi se pone a llorar, quería irse todo el rato y no podía dejarlo solo. Bastián se quedaba al lado mío por lo que ellos fueron mis acompañantes en la búsqueda de conchas que realizamos hoy. Las y los demás eran libres y tal como lo describo al inicio, caminaban y disfrutaban y al ser más grandes podían hacerlo. Andar con pequeños tan pequeños implica responsabilidad y no dejar de mirarlos en ningún momento, en un momento dejé de mirar a Bastián y al buscarlo detrás de una roca se había caído y estaba llorando pidiendo a su mamá. Lo tomé en brazos y lo intenté calmar, le hice cariño en el pie herido y me mostró que se había hecho un pequeño corte (no era grave). Fue un largo rato de calmar a Bastián hasta que llegara el resto de niñxs, al final recolectamos no muchas conchas y el viaje a la playa para recolectarlas fue una recolección de piedras de colores que cada niñx recogía (también recolectamos muchas estrellas de mar, arena de colores, jaibas disecadas, trozos de concha, etc). Nos costó llegar a tierra (casa) pero llegamos y cuando arribamos ya habían niñxs pintando las piedras (les gusta mucho hacerlo).
Hoy, luego de 15 días de estar en la caleta durmiendo Lorena y yo en una pieza, logramos cambiarnos a la casa que arrendamos para nosotras (y resto del equipo que lo requiera). Hoy luego de 15 días de compartir en una casa con mucha gente, familia y niñxs, estamos en un espacio más amplio, con mesas de trabajo tal como lo esperábamos hace mucho, cocina, espacio para conversar, reunirnos y descansar.
Lxs niñxs ya saben adonde queda la casa y nos pidieron ver películas. Con Lorena dijimos proyectar en la casa del frente que es la casa del profesor. Sacamos los implementos, y me di cuenta de que lo único que tenía para niñxs era cine experimental. Hablamos de lo experimental. Vimos videos de Marina Núñez (Colombia), Susy Shock (Argentina), Ayelén Rodriguez (Argentina) y Omar Alarcón (Bolivia), hablamos de feminismo, de Las Tesis, de que si acaso la culpa no era mía ni donde estaba ni cómo vestía, de la señora Isabel (un video y entrevista que le hicieron a una de las personas más antiguas de la caleta que también vimos), de compartir y de la amistad.
Mañana haremos un Pic Nic y al parecer quieren hacer un cortometraje.