“Sorprende que el turista o extranjero fotografíe objetos de todos los días o personas familiares en sus ocupaciones cotidianas. «¿Va a hacer una foto a esa puerta? ¡Ah! Dios mío. ¿Me creerá usted si le digo que nunca le hemos hecho caso? [Oh. sí! Claro que es bonita». El entorno familiar es lo que’ se ha visto siempre, sin mirar. «Tú viajas al extranjero, vale la pena hacer fotos. Pero nosotros, ¿qué vamos a fotografiar? ¿La calle principal? ¿O jugamos a que yo te fotografío a ti y tú a mí? No, eso no vale la pena».
BOURDIEU, P. – Un arte medio
Que vale la pena fotografiar y que no la familia Pizarro Araya lo tiene muy claro, eventos familiares y actividades en el espacio publico. Estas fotos no quedan solo en el acto de fotografiar sino que luego se imprimen y se exponen en los espacios comunes de la casa para que sean vistas por las personas que la habitan o la visitan. ”Alberto es quien imprime y enmarca para compartir”. La fotografía es por excelencia una herramienta para construir relatos, un detonante de anécdotas, una instancia para compartir nuestra mirada del mundo. Al mostrar nuestras fotos, acompañadas de la narración, dejamos claro que nos importa, que miramos, que recuerdo queremos conservar y eternizar en formato de imagen. Blanca comenta : ”algunas fotos las arrojaría al mar”
Nos juntamos con Blanca y Alberto para iniciar un ciclo de actividades, a modo de juego, que llamaremos “archivos derramados”. Esta actividad tiene varias aristas, primero nos permite generar lazos cercanos con los habitantes de la población 26 de octubre a partir de la revisión de su archivo fotográfico intimo. Nosotras somos las extranjeras aquí, nos abrimos camino y nos vinculamos con “lo local” desde las anécdotas familiares. El echo de ser invitadas a la intimidad de sus hogares genera un ambiente relajado donde se dan a cita conversaciones amenas, anécdotas graciosas y también surgen temas conflictivos. Por otro lado el carácter de juego azaroso permite llegar a la siguiente casa sin especulación alguna, entendiendo la idea de que cualquier persona tiene algo interesante para contar desde su experiencia de vida en el contexto del barrio. Y por último intentamos avispar la memoria y traer “al hoy” historias de sus vidas en la 26 de octubre para que el pasado, presente y futuro entren en relación.
La actividad nos tiene como guías y vamos intencionado las conversaciones para hablar del espacio público y sus dinámicas en la población 26 de octubre, nos parece un detalle interesante a tener en cuenta el echo que nos encontramos en el espacio privado de una familia, revisando historias que forman parte de sus vidas privadas pero que intentan generar un panorama de la vida pública, de la vida en comunidad. Pero la vida pública de un barrio es lo que acontece en el espacio público del mismo, cual es el sentido entonces de encerrarse en la privacidad de un hogar a hablar de lo público?
Con esta primera actividad nos quedan algunas ideas dando vuelta: de que forma sacamos lo privado hacia el afuera? Cómo compartimos las individualidades para general un panorama comunal, cómo relacionamos estos archivos personales con los archivos personales de otras personas que viven en la 26 de octubre con la intensión de detectar y compartir problemáticas y experiencias comunes y que estas experiencias además estén al servicio de generar o potenciar las relaciones sociales de la comunidad.