Para empezar. la comunidad es un lugar «cálido», un lugar acogedor y confortable. Es como un tejado bajo el que acobijarse cuando llueve mucho, como una fogata ante la que calentar nuestras manos en un día helado. Ahí afuera, en la calle, acecha todo tipo de peligros: tenemos que estar alerta cuando salimos, vigilar con quién hablamos y quién nos habla, estar en guardia en todo momento.
Bauman, Z. – Comunidad
Nos vincularemos con la comunidad de la población 26 de octubre frente a un objetivo principal, problematizar y generar reflexiones colectivas acerca de el uso de los espacios públicos. Co-lugar funcionara como un laboratorio experimental que valiéndose de metodologías del arte colaborativo iniciara un proceso para re pensar y re significar el territorio a partir de la utilización y dinamización del espacio público,
Definimos esta temática como eje central de la residencia por que entendemos el espacio público como el medio de expresión de valores culturales, de usos y costumbres, como patrimonio intangible de la comunidad. Entonces, abordaremos lo público desde el sector, la esquina, la tienda, las calles, la plaza, los paisajes, la junta de vecinos, la cancha, la feria; pero ante todo, desde las dinámicas, recorridos, disputas, conflictos, negociaciones y tensiones que se generan en ellos, todos ellos son elementos que construyen el barrio como un espacio público en sí mismo.
La vida pública de un barrio opera como puente entre el ser individual y el ser social, como articulador de la convivencia, es también un espacio para el aprendizaje. Es el ámbito donde las relaciones entre los habitantes y entre el poder y la ciudadanía se materializan, espacios de uso colectivos a partir de la apropiación de la gente. De esta forma activar un debate sobre el espacio publico permite afianzar y crear vínculos identitarios, generar empoderamiento comunal y fortalecer el sentido de pertenencia que conlleva a fortificar el tejido social.
El proceso de re-significación territorial posibilita la reflexión sobre la identidad comunal y el sentido de pertenencia. La población 26 de octubre, además de contar con un ámbito territorial que los define en lo físico, cuentan con elementos de percepción e identificación simbólica que los distingue. La valoración que hacen sus habitantes, los vecinos, hacia su barrio y el conjunto de conocimientos y experiencias que se plasman en el espacio público, junto a todo lo tangible e intangible perteneciente a la historia de las personas que habitan el lugar conforman la identidad comunal.
A partir re-significar el territorio se puede guiar un proceso de apropiación territorial, la apropiación se construye y en esa apropiación se construye ciudadanía. De esta forma se puede entender el territorio como un patrimonio común, responsabilidad y derecho de todos. Resignificar el espacio publico y la vida barrial, posibilita reactivar el territorio frente a nuevas dinámicas relacionales, crear nuevos contextos donde lo publico se convierte en un lugar de convivencia y de tolerancia, pero también del conflicto y de la diferencia, el descubrimiento de los otros, lo público como el lugar de relación y de identificación, de contacto entre las gentes, de animación urbana, de expresión comunitaria.