Comenzamos a ensayar la obra con el libreto ya casi resuelto y mientras se siguen ajustando las escrituras, el texto comienza a cobrar cuerpo.
Entramos en la fase de lectura colectiva e individual del libreto. El primer y único ejercicio, fue actor público. Nos sentamos todos como público, con las sillas intercaladas. Delante nuestro, cual escenario, dos sillas y una de ellas ocupada por Claudia.
Leíamos la descripción de la obra entre todos y cuando aparecía un personaje, se levantaba y colocaba en el escenario. Así sucesivamente.
Oscuridad total. Se escucha el sonido del tren que de a poco se va acercando. Pasa y queda en silencio
Tres hombres entran a escena silbando…
Después de escuchar a Francisco, Elizabeth, Víctor Hugo y Javier, continuaba Claudia sin levantarse de la silla, y entre textos:…había un parrón, una higuera, un níspero enorme al lado de nuestro terreno…
Claudia golpeó la mesa con su bastón y se puso de pie. Hablando, como otra Claudia, sobre su ceguera.
El ejercicio avanza y avanza la obra, el ensayo, las lecturas, la entrega y la representación progresiva.
Además compartimos una once prenavideña en el patio de la sede comunal donde los panes de pascua volaron, pues teníamos apetito y el cerro, inamovible y protector, se levantaba detrás. La luz naranja de una tarde suave, nos acompañaba.