BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: CH-60, las napas subterráneas y el metalero Panquehue, Valparaíso - 2019 Residente: Josefa Micaela Ruiz Caballero
Publicado: 17 de diciembre de 2019
Libreto, lectura y palabras

Acto I

Primera versión del libreto

 Comenzamos  nuestro encuentro de hoy con la lectura dramatizada del primer boceto de libreto, e inmediatamente surgieron ideas de modificación. Este texto, es un texto en construcción, construcción colectiva y que va ir incorporando otros testimonios locales. El sonido y el paisaje se vuelven importantes para la obra. Lo que sucede en la carretera, el tren que pasa constantemente, los pájaros  y  los paltos, monocultivos bebedores de agua.

Lectura del texto en grupo,  y una once para seguir conociéndonos,  saber quienes somos, ahondar más en las sutilezas de ser territorio.

 

Acto II

Como un espiral de colores

Nos sentamos en círculo y sugiero como primer ejercicio: Frase Colectiva, que consiste en construir como dice su nombre, una frase entre todos, desde la mención de una palabra de forma sucesiva, así como la frase construida hasta ese momento. Tiene como objetivo, según Jorge Eines y desde su libro  La formación del actor, desarrollar la concentración en una instancia grupal.

Cada vez, que fallaba la memoria, había que empezar otra vez: Cálida_ mañana_ floreciendo_ dentro_ del_ mar_ desde_ una_ perspectiva_ actual_ vigente_ pasada_ de_ la canción_ pop_ rockera _ clásica…

La conciencia de lo que se dice y de lo que dice el otro, y mantenerse en el texto, frase, o situación, eran otras variables, de este ejercicio.

Después de situaciones de memoria y desmemoria, pasamos al siguiente ejercicio: La pared. En este caso, hice una variación de último minuto. El ejercicio en su forma original, consiste en situarse frente a una pared y localizar diez puntos, manchas, agujeritos, etc. y conformar una historia o describir que nos sugería cada uno. A Claudia,  que tiene ceguera, le había llevado diez pequeños objetos para el ejercicio y como ella hoy no estuvo, los utilicé y les di uno, a cada vecino.

No nos colocamos frente a la pared. Hicimos un breve ejercicio de relajación, cerramos los ojos y comenzamos a tocar, palpar, el objeto, durante algunos minutos.

María tenía un fruto seco abierto, en forma de hoja, como un loto, y desde su memoria, y mientras lo sentía en sus manos: veo un circo con mucha gente, que se ríe, que la pasa bien y el movimiento de un carrusel, también está presente.

Lo que siento es como un espiral que se mueve así y tiene muchos colores…comentaba Elizabeth.

Para concluir, cada cual tomó su libreto y nos pusimos de pie. Retiramos la sillas. Y a caminar en círculo, leyendo en voz alta, las tres páginas del libreto preliminar, cada uno a su tiempo, con conciencia del habla y al final de la lectura, nos cruzábamos y saludábamos, hola vecina, hola vecino, y empecé a cantar, y siguió, Elizabeth y le siguió Javier, así hasta el coro colectivo que después se fue apagando, uno a uno.

Hasta escucharse un silencio de pausa y un sentido aplauso del público.

 

Seguimos el próximo acto.

 

 

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