La reunión de hoy, de carácter informativa, fue asaltada por la fuerza de la infancia.
Teníamos colgados mapas y un espacio para ideas. Cuando aparece Valentina, una niña de 7 años, que se acerca para preguntar a que hora comenzaría la actividad. Estamos listos, es la respuesta. Sale rauda en busca de sus contemporáneos.
Llegan de a poco, algunos justifican a sus adultos que no pudieron venir, ¿me puedo quedar yo? preguntaban con curiosidad, y la respuesta era sí.
Nos sentamos en círculo, y comenzamos lo planificado. El ejercicio abierto para cualquiera, funcionó muy bien con este grupo etario: niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 16 años.
El mapa empieza a ser marcado y escrito por la poderosa infancia, lugares que reconocen, enumeran lo que ven a diario. Para luego proponer ideas: caminar, salir de paseo, pintar un mural, dibujar, hacer máscaras, vender cosas y juntar fondos, invitar a los vecinos a participar, cine nocturno, jugar ping-pong.
Los adultos que llegan son, los fieles Claudia y Víctor Hugo, más Manuel, presidente interino de la Junta de Vecinos, quien nos facilita la sede y trae hielo en este día de calor.
Con los niños, niñas y jóvenes decidimos juntarnos para el sábado 23 de noviembre en la mañana, la misma sede de la Villa El Bosque para ir debatiendo sus ideas y ver como podemos ir concretándolas.