Llegan en bicicleta, Amanda y Máximo, de 6 y 7 años. Apenas entran a la sede ofrecen ir a buscar al resto, pero sólo por aquí cerca porque no los dejan ir para arriba. Claudio llega con cara de sueño. Luego se suma su hermano. Va pasando Emily con sus abuelos y entusiasta se integra, sí, me quiero quedar dice segura.
Algunos niños y niñas habían viajado a Santiago o tenían campeonato de fútbol. Por ello, una vez que salgan de vacaciones, nos reuniremos en día de semana. Por ahora nos juntaremos los sábados a las diez de la mañana.
Lo primero, revisamos las ideas propuestas el día miércoles y revisamos como se podían concretar. Luego, decidimos que nombre podríamos tener como grupo, nace la idea de ser una pandilla, no logramos definir el nombre pero ya somos una pandilla.
Dibujamos y pintamos, capas de colores se sobreponen, estamos en silencio. Luego colgamos las creaciones en un cordel dispuesto. Al final llega Ema, cuando nos juntamos para despedirnos, compartimos historias y conversar. El tiempo pasa volando.